miércoles, 17 de junio de 2009

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO, O EL EROTISMO SAGRADO EN LA POESIA DE RAFAEL COURTOISIE POR ALEYDA QUEVEDO ROJAS (*)

La primera línea la dan los Dioses, decía Valery. Y existen libros milimétricamente perfectos, donde parecería que varias líneas fueron dictadas por los Dioses. Este podría ser el caso del poemario La Biblia Húmeda del uruguayo Rafael Courtoisie (Montevideo, 1958), poeta, narrador, ensayista y catedrático.

EL GÉNESIS

Te creó mi boca
me creó tu boca

tu cuerpo es el sitio
donde vivo.

La primera edición, octubre 2008 de La Biblia Húmeda, bajo el sello Cantalao Ediciones se agotó por completo en Uruguay; hace un par de meses acaba de aparecer en Italia la traducción de esta pieza de relojería, realizada por Alessio Brandolini, y publicada en el impecable catálogo Lieto Colle, 2009. La edición uruguaya, llegó a mis manos, en noviembre del año pasado, durante la estancia de Courtoisie entre las montañas quiteñas, a propósito de la Fiesta Internacional de la Cultura.

La fresca aparición de La Bibbia Umida en Italia me lleva a pensar en los caminos siempre sagrados y siempre irreverentes que tiene el gozo del sexo. Ahora más que nunca es necesario un libro como La Biblia Húmeda, quizá porque nunca tanto como ahora, hombres y mujeres estamos invadidos por el vacío doblemente hermético del sexo pero tan faltos de erotismo. Quizá, porque nunca tanto como ahora es necesario invocar a Amor, a la manera perfecta de Dante.

IL MAR ROSSO

E quando le tue gambe si aprirono
il popolo d’Israele
attraversò il Mar Rosso

entrai nella Terra promessa.

Los 29 poemas revisitan, desde episodios clásicos y tradicionales de lo judeo-cristiano, pasando por personajes, pasajes, salmos, oraciones, episodios y misterios de la tradición Helénica, hasta el Cantar de los Cantares, y confirman así que el más hermoso texto erótico de todos los tiempos se encuentra en la Biblia.

El Espíritu Santo, La Anunciación, Los Apóstoles, Juan El Bautista, Las Bodas de Canná, Goliat y David y Los Misterios de la Virgen, adquieren un tono contemporáneo e iconoclasta que nos regresa a lo más profano y sagrado del amor, el deseo y la pasión. Courtoisie se adentra, con todas las armas, en aquel viejo proverbio Chino: “El acto sexual es la réplica humana del proceso cósmico”. Y todo proceso cósmico encierra estaciones y placeres, agradables a los mismísimos Dioses, a la naturaleza y a los elementos del éxtasis, de los cuáles mujeres y hombres beben, en todas las culturas, tiempos y edades.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

No son diez
son tres:
vos
yo y el deseo.

.
Los poemas de Courtoisie se abren frescos, plenos; son cuerpos sagrados y en llamas; son poemas enamorados que nos hablan de lo trascendente, ese concepto que rodea la cabeza de los amantes, porque solo cuando se ama es posible tocar de cerca, la sensación de trascender al infinito, como si fuéramos el primer hombre o la primera mujer sobre la tierra, como Adán y Eva en plena globalización y crisis permanentes.

El poeta crea un libro para hacer el amor, desde la audacia de versos bien construidos, como si de manera natural todo fluyera de las sagradas escrituras de Dios, mostrándonos otra Biblia, más humana, carnal, incitante y compleja.

LA PALABRA DE DIOS

Tu lengua.

Jugos místicos sublimados por la religión del sexo y el amor. Versos que invitan a beber la palabra con la que Dios toca, siente y se entrega. Libertad y fe en el amor para ser cuerpo, cuerpos, bocas, lengua, ojos y deseos.

Por amor o por deseo, escribió este libro Rafael Courtoisie, quien ha navegado con maestría por las aguas de la novela, el ensayo, la cátedra, el relato, las antologías, los viajes y sobre todo el Amor, como sentimiento, como actitud y como persona/personaje, con mayúscula como Dante lo cantó en La Vida Nueva.

JUAN EL BAUTISTA

Me cortaron la cabeza
y te besé.
Ahora creo más en vos
no tengo cabeza
tengo cuerpo.
Sólo (te) pienso.

Es en los textos sagrados, donde el erotismo ha logrado alcanzar el cielo limpio de la totalidad y la belleza, ahí están para el goce del cuerpo y el alma: “El cantar de los cantares”, “Los amores de Rada y Krisna”, “El libro de la vida” de Teresa de Jesús, “El cántico espiritual” de San Juan de la Cruz, “La historia del ojo” de Georges Bataille, o ese irreverente y místico poema de Anne Sexton, titulado: “Cuando un hombre penetra a una mujer”, sin olvidar, por supuesto, las impecables descripciones de los amores de Venus y Adonis que Shakespeare atrapó en su escritura para el goce de la imaginación humana; y ahora, para estos tiempos que corren, aquí está La Biblia Húmeda, de Rafael Courtoisie, donde lo divino y lo humano se mezclan en equilibrio y armonía perfectas.

LOS MERCADERES DEL TEMPLO

Échalos a todos
Sólo yo
En tu cuerpo.

El aliento de Dios cruza el acto amoroso, trocando el placer en erotismo, deseo en sustancia sagrada, calor en fuego divino que se entrega para mirar, directo, a los ojos de Dios. Por todo eso, los versos de La Biblia Húmeda fueron dictados por Dios.

(*) Aleyda Quevedo Rojas (Quito, Ecuador, 1972). Poeta y periodista. Ha publicado los libros de poesía: Cambio en los climas del corazón, 1989; La actitud del fuego, 1994; Algunas rosas verdes, 1996; Espacio vacío, 2001 y reeditado en 2007; Música Oscura, breve antología; Soy mi cuerpo, 2006; Dos Encendidos, 2008. En el 2008 preparó para la Colección Poesía del Mundo de Ediciones “El perro y la rana”, la Antología: 13 poetas del Ecuador, que reúne las voces más importantes de los poetas nacidos en los 70’s. Mantiene dos libros inéditos. Ha participado en los más importantes encuentros de poesía en Hispanoamérica. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, hebreo y alemán. En 1996 recibió el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade. Web: http://www.aleydaquevedo.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

señor Guillén, me da mucha pena que un buen poeta como usted busque notoriedad pidiéndole una reseña a Víctor Coral en su blog. Usted no necesita que la academia reconozca su trabajo, porque es bueno por sí mismo. Atentamente,

Richi

paul guillen dijo...

Hola Richi no es mi estilo andar "pidiendo" reseñas, yo soy crítico literario y me incomoda cuando alguien "pide" una reseña, el critico escribe cuando el libro en cuestion le suscita algo, de lo contrario no sale nada, o esa es mi política. Mi libro está en las librerías y lo repartí a algunos amigos nada más, que alguno de estos amigos escriba algo está bien, pero si no escriben nada también está bien. De eso no se trata la poesía.

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