jueves, 3 de mayo de 2007

STEFAN BACIU Y LA IDENTIDAD LATINOAMERICANA POR RAÚL HENAO


“AMERICA ES EL PAÍS DEL PORVENIR. EN TIEMPOS FUTUROS SE MOSTRARÁ SU IMPORTANCIA HISTÓRICA, ACASO EN LA LUCHA ENTRE AMÉRICA DEL NORTE Y AMÉRICA DEL SUR… ES UN PAÍS DE NOSTALGIA PARA TODOS LOS QUE ESTÁN CANSAD0S DEL MUSEO HISTÓRICO DE LA VIEJA EUROPA” (Hegel)


La muerte inesperada de Stefan Baciu , a comienzos de 1993, me ha llevado a preguntarme en qué medida su condición de escritor centroeuropeo señalado por el exilio y la marginalidad, no influyó de manera terminante en esta afición rayana en la pasión, que a lo largo de su vida llegaría a experimentar por la cultura –si cabe denominarla así- y las letras latinoamericanas. Porque, al momento presente, apartándose del modelo estrictamente europeo, todo lo original o autóctono en Latinoamérica muestra los indicios de la proscripción y el ostracismo, la marca indeleble y flagrante que traen consigo los sueños postergados o condenados, los Eldorados inencontrados o perdidos, las utopías descabelladas o abortadas.

El haberlo visto de ese modo, radica a mi juicio el mérito relevante del inolvidable polígrafo rumano, que desde su último exilio en Honolulu, Hawaii, se consagrará, por tres décadas prolongadas, a compilar, antologar, reseñar, divulgar y hasta editar, a todos aquellos escritores que de alguna manera y sin proponérselo deliberadamente, se apartan de la imagen edulcorada, pintoresquita que se tiene de lo suramericano o iberoamericano tanto en Europa como en Norteamérica; para mostrarnos, a cambio de la máscara, el rostro genuino de un continente abocado en la actualidad a la pobreza espiritual y material más extremada.

Que Iberoamérica tiene o puede tener identidad propia, que puede llegar a “autoexpresarse” plenamente en el concierto de las naciones modernas, lo ha mostrado en definitiva el multifacético escritor rumano, a resaltar la importancia –en las páginas artesanales y peregrinas de su revista MELE: CARTA INTERNACIONAL DE POESÍA, o en sus estupendas crónicas literarias PALABRAS EN LIBERTAD, publicadas en numerosos periódicos europeos y latinoamericanos- de escritores como los nicaragüenses Pablo A. Cuadra o Ernesto Cardenal, los costarricenses Max Jiménez o Francisco Amighetti, los cubanos Enrique Labrador Ruiz o Eugenio Florit, los brasileños Carlos Drummond de Andrade o Aníbal Manuel Machado, los bolivianos Tristan Marof (seudónimo de Gustavo Navarro) o Jaime Saénz, etc. etc… Sin olvidar sus estudios magistrales acerca del Estridentismo mexicano o sobre la poesía surrealista latinoamericana (ver al respecto su mítica y remarcable ANTOLOGÍA DE LA POESÍA SURREALISTA LATINOAMERICANA, Editorial Joaquin Mortiz, México, 1974; hazaña díficil de superar en publicaciones de igual género). Movimientos vanguardistas donde el choque de las últimas corrientes culturales europeas y la idiosincrasia multirracial de los latinoamericanos conforma una suerte de delta amazónico o Mar de los Zargazos poético, deviniendo en la más universal e inusitada fiesta verbal de que se tenga conocimiento en la Galaxia Gutenberg.

En este sentido precisamente, Stefan Baciu se constituye para nosotros en un certero teórico de nuestra identidad, a la altura del poeta español Juan Larrea o del Conde de Keyserling en Europa, del argentino Héctor A. Murena o del colombiano Fernando González, pensador nómade, teórico del “gran mulato” (versión colombiana de la famosa “raza cósmica” preconizada a comienzos del siglo por el mexicano José Vasconcelos) que, coincidiendo curiosamente con el antólogo y cronista rumano, veía configurarse “nuestra identidad” en cierta anarquía de cuño espiritual, que aunaría el más irrestricto respeto por la libertad con la plena “autoexpresión” americana, sobrepasando el opresivo marco socio-económico impuesto por el mundo moderno o posmoderno, si se quiere nombrarlo de ese modo.

Así emerjan o no aquellos “países de la aurora” soñados por Dario, de la niebla ideológica de la civilización actual o se configure en definitiva el camino hacia la auténtica “Democracia”, entendida a la manera, por ejemplo, de Walt Whitman: “la salud, la paz, la salvación universal” (Canto de lo Universal), el mérito, repito, de Stefan Baciu, reside en habernos visto y concebido entretanto –contraponiéndose al concepto minimalista, reduccionista, de algunos teóricos de la identidad latinoamericana- como un momento privilegiado de “culturas en diálogo” donde, todavía es posible encontrar a

“Tupac Amarú y Alfred Jarry bajo la misma chompa (…)
El paraguas de Lautréamont
Sobre los manuscritos de Villamil de Rada (…)
Los cholos en la calle, escuchando a Beethoven”
(Stefan Baciu “El Arte Poético de Jaime Sáenz)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Caramba vaya entrevista a Mauricio Rosenmann, debes aprender a editar es un blog, no pierdas la perspectiva, recuerda mas vale la calidad antes que la cantidad, por favorrrr...mejora eso, nunca es tarde para aprender...es una opinión en un país democrático y si quieres publicalo espero que no seas de los que te gustan escuchar siempre lo que quieres...

paul guillen dijo...

Aprecio la sugerencia, me parece indispensable todo lo que dice Mauricio, tal vez, es un exceso para un blog, tomo nota de la sugerencia, aunque me gustaria que no viniera de un anonimo.

Anónimo dijo...

Hola Paul: He escrito un artículo sobre Ştefan Baciu en Wikipedia en español. Entre otras cosas he puesto entre los enlaces externos, en primer lugar, el artículo de Raúl Henao sobre Baciu publicado en tu blog. Hay otras referencias a Henao en el artículo. El enlace es:

http://es.wikipedia.org/wiki/%C5%9Etefan_Baciu

Saludos Paul. Tu amigo ANTONIO DE SAAVEDRA.

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