sábado, 7 de enero de 2017

Aguas móviles. Antología de poesía peruana 1978-2006


Por Manuel Barrós Alcántara, Biblioteca Mario Vargas Llosa

Aguas móviles es una antología que recoge las voces de poetas peruanos nacidos entre 1952 y 1982 y que empiezan a publicar sus primeros libros entre 1978 y 2006. En otros términos, comprende la producción poética de los años ochenta, noventa y principios del S. XXI. La selección se organiza a partir de un cuestionamiento teórico a la idea de “generaciones poéticas”, fraseo que aglomera un grupo de personas bajo criterios a veces inconsistentes o inconexos. Paul Guillén apela a la continuidad temporal, la cual le permite desarrollar una lectura procesual de los “flujos, variables y constantes de la poesía peruana”.

Así, habiendo sido advertidos por el autor, no esperemos una antología de grupos o movimientos estéticos, sino una pensada a partir de los cambios y permanencias en las expresiones poéticas en el periodo de tiempo abarcado. Guillén presenta un itinerario temático a modo de ejes —sistemas— que subyacen en la organización de las partes: “1) sistema coloquial; 2) sistema del lirismo, lenguaje de imágenes irracionales y surrealistas; 3) sistema neobarroco; 4) sistema del concretismo y post-concretismo; 5) sistema de la poesía escrita en lenguas aborígenes; y 6) sistema de la poesía del lenguaje”. Analizadas en conjunto, como tendencias, este repertorio no agota el contenido. Por el contrario, lo sugiere en sus requiebros y posibilidades de encuentro, pues el propio antologador advierte los distintos tránsitos que entre sus categorías de sistema han hecho los antologados a lo largo de los años.

En el transcurso del libro, Guillén nos comparte una mirada atenta a la heterogeneidad de la poesía de las tres décadas que estudia. En las propias decisiones del autor subyacen dos preferencias por las que optó: la mayor variedad que dispuso para los poetas de los ochenta, tan sugerente como para problematizarla en sus distintas aristas y complejidades. En ese sentido, Guillén decidió prescindir de algunos nombres ‘previsibles’ del período que abarca y ampliar un poco más el muestrario de poetas. Es de resaltar la inclusión de un poeta desaparecido en los años ochenta, Iván Suárez Morales, y las distintas voces que escribían en quechua. Pero también extraña la recurrencia de una ausencia. Si bien toda antología es arbitraria y responde a los propios horizontes que se plantea su autor —sistemas, en este caso—, llama la atención una que otra ausencia. Por ejemplo, Viaje a la lengua del puercoespín (1988) de Óscar Limache es un libro lo suficientemente raro en la poesía peruana como para pasar inadvertido —¿o quizá mal leído?— en la mayoría de antologías que comprenden el periodo en el cual se ubica.

Los autores seleccionados son: Yulino Dávila, Carlos López Degregori, José Pancorvo, Dida Aguirre, Oswaldo Chanove, Mario Montalbetti, Enrique Sánchez Hernani, José Morales Saravia, Iván Suárez Morales, Pedro Granados, Roger Santiváñez, Magdalena Chocano, Renato Sandoval, Reynaldo Jiménez, Patricia Alba, Eduardo Chirinos, Domingo de Ramos, Rossella di Paolo, Mariela Dreyfus, Rafael Espinosa, Odi Gonzales, Juan de la Fuente, Maurizio Medo, Xavier Echarri, Javier Gálvez, Jorge Frisancho, Willy Gómez Migliaro, Miguel Ildefonso, Victoria Guerrero, Darwin Bedoya, Manuel Fernández, José Carlos Yrigoyen, Giancarlo Huapaya, Andrea Cabel y Tilsa Otta. El autor ha tomado su decisión. Que el lector tome la suya.

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