lunes, 19 de diciembre de 2011

Nota a Fragmentos de una manzana y otros poemas de Miguel Ángel Zapata, por Miguel Ildefonso

En los poemas que componen Fragmentos de una manzana y otros poemas (Sevilla: Biblioteca Sibila y Fundación BBVA, 2011), el poeta e investigador literario Miguel Ángel Zapata, entre poemas hasta ahora inéditos y poemas que pertenecen a sus libros anteriores, nos plantea la cuestión reflexiva sobre lo metafísico mediante una mirada por ciudades como Nueva York, Venecia, Buenos Aires, Logroño, París. Si para los románticos la belleza era tomada de la naturaleza, para Baudelaire el arte supera a la naturaleza porque en él "queda transformada por la imaginación donde es corregida, embellecida, refundida". Mientras el romanticismo exaltaba la naturaleza salvaje, Baudelaire habla en ocasiones de elementos de la naturaleza sólo como imágenes y símbolos de otro tipo de realidades de tipo espiritual. Es así que Miguel Ángel Zapata, reconstruye una ciudad (y en ella una naturaleza humana sublime), en base a sus múltiples ciudades, una ciudad simbolizada en una sola casa, en una puerta, en una ventana, en un jardín. Baudelaire decía: "quien no sabe poblar su soledad tampoco sabe estar solo en medio de una atareada multitud". Justamente la poesía que hallamos en estos Fragmentos de una manzana (la de la fruta prohibida y la de Manhattan, la del conocimiento y la de la experiencia) guarda el equilibrio entre esa soledad del ermitaño, del místico que hace levitar a las palabras junto al vuelo de las aves, y la otra soledad de los puentes, de los ríos, de los trenes y de los puertos; esos puntos de encuentros y fugas entre lo sagrado y lo profano en una época que se caracteriza por el movimiento. En el Perú hallamos una tradición en que la ciudad bullente es el aura de transfigura y define al poeta moderno, libros como Poemas Humanos o Habitación en Roma, para mencionar a dos obras muy conocidas. Habrá de probar el lector de este fruto de la pasión y de la meditación, ya no para ser expulsado, sino todo lo contrario, para volver a ingresar al paraíso.

1 comentario:

El Declamador Sin Maestro dijo...

Miguel Ángel Zapata es un poeta que merece ser estudiado con detenimiento. Gracias por este artículo!

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