En el año 2000 seis jóvenes poetas sanmarquinos decidieron comenzar a publicar sus obras en plaquetas y bajo el nombre común de “Sociedad Elefante”. Pronto algunos de ellos (Romy Sordómez, Miguel Sanz Chung), presentaron buenos primeros libros, pero a otros les ha llevado más tiempo dar este paso. Es el caso de Diego Alonso Sánchez (Lima, 1981), uno de los fundadores del grupo, quien acaba de publicar su primer poemario Por el pequeño sendero interior (Lustra, 2010).
Sánchez apela a un recurso típicamente posmoderno: presentar sus poemas como si fueran textos perdidos y olvidados de un gran escritor. El autor elegido es el japonés Matsuo Basho (1644-1694), quien habría escrito estos textos siguiendo el modelo de su obra más conocida, Sendas de Oku: las reflexiones de un poeta que realiza una peregrinación por los lugares más inhóspitos de su país. Para dar verosimilitud a este juego metatextual, en este libro se hace un erudito despliegue de datos históricos, citas literarias, palabras japonesas y abundantes notas a pie de página.
La pasión y el rigor con los que Sánchez se aproxima a la literatura japonesa le permiten hacer suyos ciertos motivos y temas del libro de Basho, con lo que se establece una fuerte afinidad entre los textos del peruano y y los escritos por el japonés. Solo le objetaríamos a Por el pequeño sendero interior que, por ese afán de mímesis, la “voz” poética del propio autor, Diego Alonso Sánchez, queda demasiado relegada, casi condenada a un respetuoso silencio.
Fuente: Javier Ágreda
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