lunes, 28 de diciembre de 2015

LOS COLORES DE LA LOCURA EN “IDIOTA DEL APOCALIPSIS” DE GUILLERMO CHIRINOS CÚNEO Por Paul Guillén

Para empezar este breve análisis del único libro editado de Guillermo Chirinos Cúneo (La Punta, 1941-Lima, 1999), me refiero a Idiota del Apocalipsis de 1967, que fue publicado por su madre Aida Cúneo Navach, valdría la pena citar algunos datos biográficos y bibliográficos (aunque son escasos). Chirinos Cúneo pertenece a la generación del 60, la única entrevista que se conoce salió en el diario El Peruano en 1993, allí el entrevistador le pregunta sobre el ambiente poético que rodeó a su primer libro, Chirinos Cúneo responde: “frecuentaba a Julio Nelson, Marco Zapata, Juan Ojeda, César Calvo, Juan Gonzalo Rose, Manuel Scorza, Marco Martos e Hildebrando Pérez”. En resumen, Chirinos Cúneo es un poeta cercano al grupo que animó la revista Piélago. Esto trae a colación el poema “Homesickness” de Juan Ojeda publicado en su libro Arte de navegar: “Así una tarde apareció Hinostroza / Y lo irreversible de G. Cúneo aporreando la máquina de escribir / Una conducta aristotélica, no obstante”. Estos versos se refieren a una anécdota entre Chirinos Cúneo y Rodolfo Hinostroza, el propio poeta de Consejero del lobo la refiere en una crónica así:

“César [Calvo] y Gonzalo [Rose], para bajarle los humos a Guillermo, que se sentía un genio, le habían dicho que había un joven poeta mejor que él, que ya iba a regresar de Cuba para destronarlo (…) Subió pues al piso, y en lugar de sentarse en la silla que le ofrecí, comenzó a dar vueltas por la habitación, husmeándolo todo, como un sabueso, sin decirme nada. De pronto vio mi máquina de escribir dispuesta sobre la mesita, y me preguntó: “¿Con esta máquina escribes tus poemas?” y como yo le respondiera afirmativamente se acercó a ella, y antes que yo tuviera tiempo de reaccionar, la levantó con las dos manos por encima de su cabeza, y con una mirada de loco la estrelló contra el piso”.

Todos coinciden –o por lo menos es lo que se puede colegir de los pocos artículos que abordan la vida del poeta– en que Chirinos Cúneo era un ser extra-ordinario y que por eso pasó gran parte de su vida en una clínica psiquiátrica. Ordenemos entonces lo que se conoce de la poesía de Chirinos Cúneo: ocho poemas en su libro Idiota del Apocalipsis, poemas en las revistas Destino, número 3, 1963; Piélago, número 4, 1964; Alpha, número 4, 1965; Arca de Noé, número 1, 1967; Auki, número 4, 1976; Hueso Húmero, número 15-16, 1983; La tortuga ecuestre, número 116, 1994; Intermezzo Tropical, número 5, 2007 y Sol & Niebla, número 5, 2009. Podemos inferir que dentro de las colecciones de poemas inéditos están Infiernos y cielos (1962), Rojos y Nocturnos (1964), Celestes y oscuros (1966), Eneas XX (1985) y Guerrero del Arco Iris (1990). Otros libros sin fecha conocida son Cuaderno de California y Crepúsculo de los ídolos. Además del libro Caminante en la Ciudad, poemario voluminoso de los años 60 que fue destruido por Chirinos Cúneo en un arrebato místico en la puerta de la iglesia de La Merced, en el Jirón de la Unión. En las únicas antologías que se incluye su poesía son las antologías preparadas por Julio Ortega (Imagen de la literatura peruana actual. Lima: Ed. Universitaria, 1971); Gustavo Armijos (Poesía peruana contemporánea. Antología de La tortuga ecuestre. Lima: FECP, 2003); Luis La Hoz (Diez aves raras de la poesía peruana. Lima: FECP, 2007); y Carlos López Degregori / Luis Fernando Chueca / José Guich y Alejandro Susti (Esplendida iracundia. Lima: Universidad de Lima, 2012). En 1968, C. A. de Lomellini, publicó una traducción al inglés del poema “VII” de Idiota del Apocalipsis en la revista Interlace, número 1, Universidad de Texas. Los textos de homenaje o recuerdo son escasos, podemos citar los escritos por Armando Arteaga, Rosina Valcárcel, Víctor Coral, José Carlos Yrigoyen y Carlos Torres Rotondo. La entrevista que le hiciera el poeta Juan Carlos de la Fuente para el diario El Peruano. En ninguno de los libros de análisis sobre la generación del 60 se le menciona. Hace algunos años se reeditó Idiota del Apocalipsis en el volumen compilatorio titulado Los Otros, aunque sin ubicar en un contexto definido a su poesía. Hasta el momento el único ensayo serio sobre Chirinos Cúneo es el que le dedicó Elton Honores en la revista Tinta expresa. Un último dato: en el libro Las claves ocultas y otros poemas (1981) de Patrick Rosas se publicó un poema dedicado a Chirinos Cúneo, el poema se llama “Maldoror en silencio”. 

Ahora vayamos al análisis del poemario Idiota del Apocalipsis. La poesía de Chirinos Cúneo se inscribe dentro de la línea no hegemónica de la generación del 60:
“se trata de la reelaboración del legado de la modernidad literaria (simbolismo y vanguardias) y entre nosotros de las poéticas de Eguren, Vallejo (siempre Vallejo), Adán, Westphalen, más Eielson y Sologuren (es decir el lado no específicamente hispánico de la generación del 50) (…) Aquí se inscribirían Antonio Claros, Juan Ojeda, Raúl Bueno y Joaquín Martínez Pizarro” (López Degregori / O’Hara: 1998, 20)

En esa lista podríamos incluir perfectamente a Chirinos Cúneo. En la entrevista mencionada a la pregunta ¿cuáles son tus influencias literarias?, el poeta responde: “Creo que son Rimbaud y Baudelaire (…) al primero lo admiro por su pureza, su inocencia, y al segundo, por su franqueza, su sinceridad, su profundo pesimismo, su profundo pesar”, a estas dos influencias habría que añadir su buena dosis de Lautreámont y su buena dosis de Artaud.

Lo que nos interesa revisar en Idiota del Apocalipsis son las funciones de los colores y cómo interactúan con los estados de ánimo. El doctor Siegfried Katz, del Hospital Psiquiátrico de Nueva York, publicó un estudio en el Diario de Psicología Aplicada titulado “Preferencias de Color en los Insanos”, dicho estudio se basó en la interrelación de 134 pacientes con 6 colores: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta. La dinámica consistió en poner rectángulos coloreados en un panel y los pacientes tenían que indicar el color de su preferencia por orden descendente. Los resultados fueron los siguientes: 1) azul, 2) verde, 3) amarillo, etc. Los resultados según el tipo de diagnóstico fueron: rojo, anaranjado y amarillo para los maníaco-depresivos o bipolares, verde para los esquizofrénicos y violeta para los otros tipos de enfermedad mental. Haciendo un cotejo textual de las expresiones donde se encuentran los colores en Idiota del Apocalipsis tenemos estos resultados: rojo (15), rosado (12), azul (11), blanco (8), negro (7), amarillo (5), verde (4), otros colores (9).  Valdría la pena citar estas expresiones del color: 

ROJO: Poema rojo, piel roja, chaplines rojos, roja humedad, rojos rudos, ondas rojas, alambres rojos, lirio enrojecido, roja espuma de cerveza, círculo de ondas rojas, plumas rojas, nube roja del sueño, andrajo rojo, viejos rojeantes, cúpulas rojas.   

ROSADO: Fagot rosado, muñecos róseos, rosados cartones, troma rosa, entrañas rosas, pulmones rosadamente tirados, uniformes rosadamente ebrios, cocina rosada, panza en rosas, panzas rosadas, ágil trapecista rosado, clítoris rosas. 

AZUL: Crepúsculo azul, burdel azul, vahos azules, vaso azul, azules vómitos de nieve, azules luciferes, carnes azules, payaso azul, sortija azul, higiene azul, mar azul. 

BLANCO: Remos blancos, rameras blancas, parque blanco, blancos malecones, metales blancos, reptiles blancos, vientre blanco, cuerpo blanco.

NEGRO: Rosa negra, luna negra, marfiles negros, espumas negras, frascos negros, hierro negro, erizos negros.

AMARILLO: Maldito coito amarillo, podredumbre amarilla, cráneos amarillos, viejos amarrillos, lágrimas amarillas.    

VERDE: Ebriedades verdes, aguas verdes, telescopios verdes, cardenales de olor verde.

OTROS COLORES: Tromba áurea, Niño ámbar, Orangutanes de jade, Nalgas de ceniza, Vulvas rubicundas, Melena gris, Trajes plomizos, Casas de fresa, Guedejas pardas.

Estos colores –lo cual hermana a nivel pictórico y tétrico la poesía de Chirinos Cúneo con la de José María Eguren– se refieren a tres funciones o estados: 1) un aspecto sexual, 2) un aspecto de pureza y 3) un aspecto relacionado con lo divino o con un nuevo dios. Para el primer aspecto podríamos citar la aparición de una cantidad increíble de rameras en los poemas y también la descripción de una violación a la empleada doméstica en el poema “Cenicienta” (los colores preponderantes son el rosado y el blanco) incluso en el poema final el verso: “Soy vaginal”; el aspecto de la pureza (colores rojo y azul) se ejemplifica, por oposición, en versos como: “¡Nuestro palacio de justicia es inmenso pero ningún resplandor, dibujos o colores lo levantan a la imagen de la maravilla!” o en versos como: “Este siglo es horroroso sin duda, esta ciudad”, el poeta se da cuenta de la podredumbre (color amarillo) y busca purificarse; el tercer aspecto reside también en cierto luciferismo o satanismo (color negro), y de esta manera es como acaba Idiota del Apocalipsis: “De ninguna manera mi primer amor será una vaca con la bulba bien ardiente. El Idiota del Apocalipsis se retira, señores. ¡Vamos! Estad listos para un nuevo dios”.



Bibliografía

ARTEAGA, Armando (2007). “la primavera excerta de Guillermo Chirinos Cúneo”. Sol negro (http://sol-negro.blogspot.com/2007/06/la-primavera-excerta-de-guillermo.html)

CORAL, Víctor (2006). “Nada se pierde. Una visita a Guillermo Chirinos Cúneo”. Luz de limbo (http://luzdelimbo.blogspot.com/2006/10/mis-noventa.html)   

CHIRINOS CÚNEO, Guillermo. (1967). Idiota del Apocalipsis. Lima, edita Aida Cúneo Navach. (http://issuu.com/ljudevir.hlavnikov/docs/chirinos_cuneo_-_el_idiota_del_apocalipsis__1967_)

FUENTE, Juan de la (1993). “Entrevista al poeta Guillermo Chirinos Cúneo. Desde el Apocalipsis”. Revista, suplemento cultural de El Peruano. Lima, p. 6-7.

HINOSTROZA, Rodolfo (2013) “Guillermo Cúneo. La loca poesía”. Círculo de Poesía (http://circulodepoesia.com/2013/03/rodolfo-hinostroza-y-la-cronica-la-loca-poesia/)  

HONORES, Elton (2008). “Guillermo Chirinos Cúneo: la poesía del derrumbe o la lúcida desaparición de los desconocido”. Tinta expresa, número 3. Lima. p. 55-78.

LÓPEZ DEGREGORI, Carlos y Edgar O’HARA (1998). Generación poética del 60. Estudio y muestra. Lima, Universidad de Lima.

TORRES ROTONDO, Carlos (2013) “El estupor del ángel esquizofrénico”. Buen salvaje (http://buensalvaje.com/2013/05/03/el-estupor-del-angel-esquizofrenico/)

VALCÁRCEL, Rosina (2005). “Guillermo (Chirinos) Cúneo. Idiota del Apocalipsis”. Diario de talismanes. Lima, Ediciones El Santo Oficio. p. 81-84.

VV.AA.  (2006). Los otros (volumen 1). Lima, El lamparero alucinado ediciones.


YRIGOYEN, José Carlos (2009). “Tres escenas para Guillermo Chirinos Cúneo”. Bitácora de El Hablador (http://www.elhablador.com/blog/2009/12/14/laurel-machete-2/

miércoles, 23 de diciembre de 2015

LO MEJOR DE 2015

Lo más resaltante del año fue la obtención del Premio de La Lira 2015 por parte de Willy Gómez Migliaro con su libro Construcción civil (Paracaídas, 2013). Dos libros que salieron en los últimos meses del 2014 y merecen destacarse son Pencas (Paracaídas) de José Morales Saravia y Trendelemburg (Vagón Azul Editores) de Eduardo Borjas Benites. Ya en el 2015 me encantó el interesantísimo proyecto web: Salinger de Roberto Valdivia. El cual pueden leer en este link: http://salingerpoesia.tumblr.com/, se trata de una escritura del hipervínculo, donde cada verso te remite a otro escrito, video, imagen, canción, etc. También disfruté de las siguientes publicaciones: Mashqa (Sin Editorial) de Antonio Chumbile, La ultrairidiscencia de los diosesdel Perú (Dragostea) de Jorge Vargas Prado y Apaguen el fuego (Edición del autor) de J. Estiven Medina Ortiz, estos dos últimos libros se encuentran en PDF en Internet. Celacanto publicó dos libros que también me gustaron: Izquierda Unida de Álvaro Lasso y Póstuma(mente) de Eduardo Cabezudo.

La editorial Pesopluma reeditó dos volúmenes atendibles: Las islas aladas de Luis Hernández y Symbol de Roger Santiváñez, asimismo lanzó Antimateria – Gran Acelerador de Poemas de Tilsa Otta. Caja Negra dio a conocer Máscaras de Roma de Marco Martos e Hipocampo hizo lo propio con Ensayo General (poesía reunida 1964-2014) de Raúl Bueno Chávez. Amargord de España puso en circulación Cuaderno músico precedido de Morir es un arte de Mariela Dreyfus, en tanto Del Centro Editor también de España hizo lo propio con Sylva de Roger Santiváñez, así como Ediciones Liliputienses de España entregó el libro Dime Novel de Maurizio Medo. Paracaídas junto a Animal de invierno publicaron Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas) de Eduardo Chirinos y Sobrevivir es un acto de invierno de Ana María Falconí. Por su parte, Máquina purísima sigue con sus pulcras ediciones y entregó Los huesos de mi padre de Rodolfo Hinostroza. La editorial Hanan Harawi sigue muy activa y ha publicado a muchos autores extranjeros dentro de los cuales me gustaron más los libros Jardín en movimiento de Enrique Solinas (Argentina) y Canción para el hijo de Santiago Vizcaíno (Ecuador). Otros libros recomendables son Palabra en exilio (Catarsis Cartonera) de Franco Osorio, Facción de imperdido al arte (Hipocampo) de Salomón Valderrama, Ella (12 secuencias) Isabel Archer (Edición del autor) de Reinhard Huamán Mori y Las máquinas deseantes (Paracaídas) de César Sánchez Lucero.


Entre los libros que aún no he leído, y me interesa leer, me quedan pendientes: Siete días para la eternidad (Librería Sur) de Eduardo Chirinos, Cuaderno Extranjero (Borrador Editores) de Enrique Sánchez Hernani, Apu Kalypso / Palabras de la bruma (Hipocampo) José Antonio Mazzotti, Las musas se han ido de copas (Visor) de Nilton Santiago, La máquina de matar fascistas (Estruendo Mudo) de Fernando Pomareda, Rock and roll (Vivir sin enterarse) de James Quiroz, Respiración artificial (Paracaídas) de Rudy Jordán y la reciente antología de Miguel Ildefonso, editada por Aludel. 

viernes, 18 de diciembre de 2015

Un poema de Ross Gay (Traducción de Giancarlo Huapaya)


Cuando después de algún tiempo, finalmente, sus hijos están con su papá

es ser hundido en esta inmundicia
empuñado empalado este ahogo este lodo
este kung fu jalando tanga 
este reptil pre culeada
de sorbos gruñidos
chillidos siseos
nuestros ojos idos extraños y vaporosos
nuestros dientes se retuercen en encías
relámpago en nuestras espaldas se arquea
cuando pongo a leer mi lengua a través de ti
los garabatos se arrastran por paredes escarpadas de tu cráneo
un poco como chupar sesos
pero más literario
tengo miedo que te esté haciendo daño
y parar mi flujo
pero dices por favor no
y muerdes un agujero en mi garganta
a través del cual la luna
desabrocha su sombrero de hueso
sumerge seca
y sorbe
dentro del pantano que hemos hecho
de nuestra miseria.


When After Some Time, Finally, Your Kids are at Their Dad’s


is to be sunk in this muck-
fisted tussle this must this mud
this panty-yanking kung-fu
this reptile pre-fuck
of slurps and growls
of grunts and hisses
our eyes gone weird and filmy
our teeth squirming in our gums
the lightning writhing off our backs
and when I put my tongue
through you to read with it
the scrawl crawling your skull’s craggy walls
which is kind of like
sucking your brains out
but more literary
I get scared I’m hurting you and stop
but you say please don’t
and bite a hole in my throat
through which the moon
unbuckling her bonnet of bone
plunges parched
and slurping
into the swamp we’ve made
of our want.


Ross Gay nació en Youngstown, Ohio. Es autor de Catalog of Unabashed Gratitude (University of Pittsburgh Press, 2015), libro finalista del National Book Award; Bringing the Shovel Down (University of Pittsburgh Press, 2011); y Against Which (Cavankerry Press, 2006). También ha publicado los chapbooks Lace and Pyrite: Letters from Two Gardens (en co-autoría con Aimee Nezhukumatathil) y River (en co-autoría con Richard Wehrenberg, Jr.). Ross Gay obtuvo la Maestría en Poesía del Sarah Lawrence College y el Doctorado en Inglés de la Universidad de Temple. Actualmente es profesor en la Universidad de Indiana.

jueves, 17 de diciembre de 2015

TRAMONTO (Sol negro, 2015) de Francisco Retamozo, por Paul Guillén

Tramonto (Lima: Sol negro, 2015) es el primer libro de Francisco Retamozo, pero no es su único libro puesto que se conoce el título de otro conjunto titulado Muerte de Venecia en mi cuarto que fue premiado en el concurso de poesía de Taiwán en el 2011, dicho sea de paso, Tramonto fue uno de los ganadores del concurso de poesía organizado por Hipocampo Editores en el 2010, donde resultaron ganadores poetas como Roger Santiváñez, Rosina Valcárcel, Alejandro Susti, entre otros; es por eso que no es ilógico pensar que Francisco Retamozo tiene varios conjuntos más que ha guardado celosamente por tantos años. Esta noche nos convoca Tramonto y de entrada me quedo pensando en la figura que habita el primer y el penúltimo poema, se trata de Guillermo, no es raro ver esta dualidad entre el poeta y el amigo que se expresa en que “Mirábamos / el ocaso / desde / el faro y el ancla”, como todos saben Tramonto se refiere al ocaso, lo que creo es que el libro es un informe sobre el paso del tiempo: “Firme y rápido / el tiempo pasó”, este paso del tiempo se da con metáforas de estirpe natural y no tiene una carga trágica, por ejemplo, el segundo poema funciona con la dualidad del otoño y el verano, ciclo de regeneraciones y alumbramientos. Para retomar el tema del amigo citaré la estrofa inicial del primer poema, el poema se titula “Guillermo”: “La mirada caída en el asfalto / los jardines pintados / de círculos amarillos / ¿Qué fue del calor? / Son nubes oscuras / pronto el frío / el silencio / pronto”, de lo que se desprende es que funcionan oposiciones como alegría / tristeza, naturaleza / urbe, calor / frío. El decir que la mirada está caída en el asfalto connota que el poeta y principalmente Guillermo se encuentran con la mirada cabizbaja, pero la naturaleza dentro de la urbe es de “jardines pintados / de círculos amarillos”, este aserto pictórico se va a repetir a lo largo del libro, por momentos parece que asistimos a una exposición en una galería. La figura de Guillermo también parece ser rastreable en el tercer, cuarto y quinto poema, el poeta se transforma en árbol y dice que “Has topado lascivamente / mis ramas / has querido alcanzar / al viento / Lo he sentido” o “¡Amigo! / Puedes venir a secar / mi cabello / mi rostro / mis pies”, de lo que nos queda dos cosas el poeta es un árbol y también una casa hecha de barro, abandonada, y también el que poeta se piensa en esa relación con el amigo casi como un Cristo al que le lavan los pies. Además la relación que se instaura entre los amigos es que la lluvia cae sobre el cuerpo de uno de ellos o la cercanía del hálito tibio sobre los hombros.
“Galería” es el título del poema que abre la segunda sección del libro, que tiene como motivo un cuadro japonés colectiva en el MALI, 1991, lo cual también podemos ligarlo con la cita de Salvatore Quasimodo que abre el libro: “Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra / traspasado por un rayo de sol: / y enseguida anochece”. Lo que nos queda de la lectura del poema es que es una mujer con la “mirada quieta muda / manos tiernas frías”, se trata de una mujer muerta. Anochece para todos que es la muerte de Tramonto, así como también es la muerte física de los seres. Si en este poema se trata de una pintura, en el segundo poema se refiere a una fotografía, como en el tercero, el motivo lo impone un cuadro de Ramiro Llona. El cuarto poema está basado en la película Azul profundo, hasta aquí puedo detectar a nivel pictórico una gama de rojos, violetas, azules, que funciona con más presencia en esta segunda sección. Como se podrán dar cuenta muchos de los poemas se dirigen a tú, que conjeturo junto al poeta: “Serán dos varones / como dos hembras / amándose”.
La tercera sección del conjunto es un único poema titulado “Autorretrato” y es dedicado a la abuela. Aquí son notorios algunos otros temas: la abuela es indígena, analfabeta, también la idea de que el poeta parece que está posando para un retrato, y por último la idea del cuarto como una extensión del cuerpo.
La cuarta sección puede leerse como un afrenta contra un dios del cuerpo, pero también como que el cuerpo ha entrado en estado de putrefacción, puesto que se propone que “¿Ya no miraré el rostro compungido / ni los ojos llenos / de larvas?”, al leer este apartado noto una preponderancia de marrones y a lo que se está refiriendo es a una experiencia mística del cuerpo ligada a lo sexual y a la muerte, de nuevo vemos como las dualidades funcionan, en este caso entre eros y thanatos.
La quinta sección, y última, intenta recuperar la infancia pero también el cuerpo infantil de Guillermo. Tramonto no es solo el ocaso sino la muerte, el sexo, las artes plásticas, el misticismo, los viajes, una especie de fuga musical que propone en el último texto y acaba con que “el alba de pinceladas / translúcidas / la tierra / gira… / y yo estoy aquí”.
Ojalá que el próximo libro de Francisco Retamozo no demore tanto en salir y que así pueda regalarnos nuevas sonoridades, nuevas esperanzas y nuevas alegrías.              

(Palabras leídas el día 3 de diciembre de 2015 en la presentación del libro en Espacio Fábula – Barranco, Perú)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

PRESENTACIÓN DE HADA MANDARINA (SOL NEGRO, 2015) DE CARLOS ALBERTO CASAS


Presentación del poemario Hada mandarina (Sol negro, 2015) de Carlos Alberto Casas. Día: miércoles 16 de diciembre. Hora 7pm. Lugar: Centro Cultural de España (Jr. Natalio Sánchez 181 Santa Beatriz). Los comentarios estarán a cargo de Carlos Arturo Caballero y Renato Salas. Brindis de honor.

Carlos Alberto Casas (Ayacucho, 1982). Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es integrante del Taller de Poesía, dirigido por Marco Martos.

El Hada mandarina reina en los confines de una realidad aparte. Los silfos, elfos y banshees pueblan estas páginas y nos dicen que la armonía es posible y realizable. El Hada mandarina nos envuelve, nos transmuta y nos hace más reales. Carlos Alberto Casas canta como José María Eguren y Luis Valle Goicochea a ese mundo que habita en nosotros mismos con sus más coloridas alegrías y sus más atroces sufrimientos.

Aquí los dejo con unos poemas del libro:


El Caballero de Hadas 

I

Con la figura del ogro pude cortar un Jacinto
Hoy que piensas en tus brechas anchas
Puedes quebrar girasoles y cosechar anillos elfos
Serás El caballero de las hadas
Vendrán del bosque tres perros divos
Y con lengua de hipopótamo
cantarán la canción del muerto
Estaremos en la fiesta de los fuegos
Lucharan por ti cuadrados reyes
Sacaré espadas y serás el dorado azul

II

Tu rostro es la dueña de las liras encintadas
Hoy nos cuidan Oberón y Titania madre
Yo por siempre un azulito guardián
Te quiero con los colores firmes
Se revienta el pecho como cruces de adelfas
Y entre tanta luz de infierno
Eres la llave para la décima portada
Ahora las cinturas nos avisan del charco fino
No hay cuchillo grave
No puede la montaña tapar la boca mía
No puedo amanecer y cerrar cien mil ojos
Es un abrazo azul y el beso más esquinado
Yo a tu lado
el color del cielo
Tú a mi lado
la mirada de ave-cruz mojada
Por siempre azules y anaranjados


Vence el hada a las harpías

Viene del bosque de corales
Tres reinas de ninfas
Del otro lado muy norte
Tres harpías con dientes agudos
Mientras bailo estrujan mi pecho 
y mi corazón caliente
Mueren orejudos 
y los bosques de plata
Ya será el final de los azules
Sin embargo estás tú
Con gran fuerza mordida estás tú
Se inicia el Armagedón de los niños-hienas
Se parten cuerpos como azahares 
de piedras gordas
Y todo se vuelve el final de los finales
El claroscuro de las brujas-buitres 
Son fuertes ninfeas y brutas harpías
Amargas voces entre limpios bosques
No es una suave candela 
Es una sierpe muda y loba
Eres dulzura y la paz de azules gnomos


El niño y el elfo

En un camino de flores dos pequeños derramaban orquídeas
Le dije al más pequeño:
«Esas flores son corazones de otros niños azules».
Me vio asustado y con sonrisa de grifo
Dijo en su esquina de boca:
«¿Es su corazón como planta morida?».
Yo dije entre triste y lobo:
«Es mi sueño de siempre
La risa entre tristezas
La vida de espinas que se vuelve magnolias 
Es que tú eres pequeño y rojo».
El niño deslizó colores entre sus dientes:
«¿Usted la ama, ama a la mandarina?».
«Como río que une a las raíces del mundo
Entre besos y arietes que destruyen brujas y moiras».
Silenciada mi risa que es espacio moriazul
Ese azulito volvió a abrir su perfilada sonrisa:
«¿Cómo es un enamorado?».
«Un enamorado gime, rueda 
y su corazón es titán»



lunes, 14 de diciembre de 2015

El ritmo de los designios de Jack Farfán Cedrón


AGALIARETH

La heredad  
Letal
De ver todo
Como lo hacen ver los pensamientos
Es todo cuanto ve el reflejo de lo que posas
Una a una
Ramillas de romero
O de espanto sobre el surtidor de ese país conmocionado de las lágrimas
El destello del ojo cerrado por el manto negro
A la hora en que todo
Hasta el desliz
Se hace innecesario
Tomarás en la siniestra unas cuantas estrellas
Y en la diestra el poder de pensar lo que vuelve
Y se revierte
Según tus predilecciones suicidas
Que alistan guerras o sanaciones
Con la sobria intrepidez de un opúsculo roto
Habitando el corsario intrépido que por arma tomas
Hasta preceder lo que ocurre
Ahora que la impronta de los padecimientos termina
Y los ciegos baluartes del mal se ensombrecen en su puño cerrado
Ahora que Salmos de auscultación ennoblecen lo recorrido
La suerte volátil encandila estas praderas en que todo es lo que pienso



DIOS

Habiendo superado el temor a los difuntos, a los vivos y malvados,
a los que acechan con la risa ansiosa de la viuda negra
tendiendo su redada
que chamuscará en el fuego eterno de la envidia;
heme aquí, libre de todo mal y todo maligno deseo.

Lo que digan de mí, como Wayne Dyer dijo, no es asunto mío;
sino más bien mi tesoro de logros,
por esa suerte de fijación de los contrarios y las fuerzas del mal y del bien
compenetrándose para favorecerse
en lo más detestado en sus esencias superadas
por un gozoso acercamiento pueril,
o el resuello de un cachorro en la cara del fiel compañero.

Dios que a lo largo del camino,
como en los confines del charco
aleja los destinos de los que más se acercan un instante;
donde los otros temían separarse por no ser la exacta coincidencia tanto esperada,
pero los que por un solo instante
se vieron con la mirada frente a sí
negando la aparición de cualquier sagrado movimiento,
fueron los iluminados ese vasto instante
que existe al más fulgido movimiento.

Cual ser dos veces el mismo amador,
cual ascender la duplicada ensoñación de los espejos
que se saben hacia el flujo del muro confluidas
para ya no más regresar la mueca amoldada
de los otros soñados,
que silentes se advierten
y se ofician báculos en nombre de una fiera desconocida
para ellos arada sobre un mar
que ilusamente se distiende cerca,
donde flotan las esporas de la fructificación
y la multiplicación de los verbos estelares
avanzando a un sordo estallido entre los flujos
que lo sagrado en llamas relumbra;
mientras nacemos bajo el agua nítida el vuelo,
rozando el milagro que nos donas,
Dios,
cada chispa voluntariosa aflorándonos,
velas de una oscuridad elegida
mora el Magnificat orado a imagen y semejanza
de lo que jamás flota en nosotros;
porque seguro, inerme, bucea,
como una culpa perdiéndose al sosegado hundimiento
de los flancos en las aguas flotados,
bajo corrientes extenuantes,
que hallan el dominio divino hacia la sombra o haz crepuscular de los designios recibidos
desde el gran milagro de los hombres
que trotando muy temprano
amanecen al vuelo levitado de los seres de luz,
de semilla;
ellos, como ellos o átomos,
apuran el elixir milagroso de una dicha irrenunciable
apagando todo lo que roza su flujo inamovible entre las frondas librado,
vago destello cuyo insigne movimiento se toca.



LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Todo está bien, un indicador de que la bomba de tiempo transcurre a una precisión ensordecedora.

Tanta calma no podría hacernos pensar
sino en el ático sosegado que predice el estallido,
la voladura en pedazos del cuerpo calcinante.

Aquellos suicidas que anuncian su caída
con la pinta de duelo en las ojeras
no lo volverán a hacer.

Una vívida ocasión descorre el teatrín.

El resto compone escena, parafernalia,
solemne de negro levita.

Atar a una duda corroyendo el vicio,
la broma pesada que despide una nota
deslizada por el retrovisor de la puerta
en su vano interfecto impenetrable,
al vaivén segundero
comprende la estampida final,
acaso la burla repetida frente a la palma reflejada:
el angustioso espejo desde el lago turbio torcido,
desde el mismo centro de flejes arrancados
elevando la maquinaria de bofe, carne y mente
volátil,
un bocado caníbal que aguarda por ti morderse,
excretarse, palanca adentro
donde las cloacas de la ciudad angustiosa
expelen hedor a mortandad,
vela en popa de soluciones trasnochadas,
pegadas en el libro en blanco sobre la mesita de polvo para noctambular
la lámpara que mira la luz al opúsculo maldita
del impacto fatal extintamente maculado;
luz que, hierática, en torno al sepulcro que embebe un índice,
un arco podrido elevando los colores a extraños firmamentos,
expira.

O, el poco tino para contar con un puchero abjurado a la dicha que compone la insensata sinfonía de los sordos,
que aun calmados miran un punto oscurecer, de frente,
donde cabe el más liviano de los recuerdos
que en nosotros se queda,
oscilando unos viejos zapatos llenando el aire de gotas,
simiente apocalíptica de los ahorcados
que al polvo rociado oran sus preguntas,
el foco de acabar con su astado ventrílocuo
que ya no eructará más sentencias.



Raya el oro bendito del sol
Enjuga su gran ojo incandescente
Las cenizas de un porvenir que no se hunde
Ni moja todas las lágrimas necesarias



Qué imagen ocupa tus nobles pensamientos,
claro mundo reinante
donde el ser empequeñece
más sus ruinas.

Diré que el simple aullido,
el llanto
sangrientamente corre dentro.
Diré que mientras bailo,
Tus párpados calarán la ruina del sueño
entre mis hombros a ti asidos.


Jack Farfán Cedrón
De: El ritmo de los designios (inédito)



Jack Farfán Cedrón [Perú, 1973] Entre otros volúmenes líricos ha publicado Pasajero irreal (2005), Gravitación del amor (2010), El Cristo enamorado (2011) y Las consecuencias del infierno (2013). Modera los blogs ‘El Águila de Zaratustra’ & ‘Exquioc’, además de editar la revista digital Kcreatinn. En 2012 dio a conocer un volumen de reseñas literarias alrededor de célebres novelas: El fragor de las quimeras, bajo la producción de Kcreatinn Organización, de la cual forma parte. Algunas de las revistas virtuales en las que han aparecido textos suyos: Periódico de poesía (UNAM, México); Letralia (Venezuela); Revista de Letras; La comuna de los desheredados; Sol negro  (Perú); Los poetas del 5 (Chile); El Hablador (Perú); Destiempos (México); Letras hispanas  y Síncope  (México). En 2016 participará en el III Festival Internacional de Poesía de Lima.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

INAUGURACION DE LOS SERES SEMILLA DE ALE WENDORFF EN LA LIBRE DE BARRANCO


INAUGURACION DE LA MUESTRA "LOS SERES SEMILLA" DE ALE WENDORFF

es una serie de collages y dibujos, realizada entre los meses de junio y agosto del 2015. Las piezas fueron hechas utilizando papeles de un antiguo libro de anatomía, sobre el cual los trazos se mezclan con las ilustraciones de órganos y células humanas y animales. 
La intención es narrar lo visceral y profundo de las emociones humanas utilizando una analogía entre los sistemas de funcionamiento del cuerpo y estos procesos emocionales. 


Inauguracion jueves 30 de diciembre 7.30pm
La Libre
Av San Martin 144, Barranco

PRESENTAN LA REEDICION DE CONSTRUCCION CIVIL DE WILLY GOMEZ MIGLIARO


Construcción civil
Reedición del poemario ganador de La Lira 2015
Presentan:
Mario Montalbetti, Dalmacia Ruiz Rosas & Santiago Vera
Librería El Virrey, ubicada en Bolognesi 510, Miraflores.
Lunes 14 de diciembre a las 7:30 pm
Entrada libre

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Tramonto de Francisco Retamozo, Por Miguel Ildefonso

Una cita del poeta siciliano Salvatore Quasimodo, perteneciente al hermetismo de inicios de los años veinte del siglo pasado, abre la ópera prima,  Tramonto (Sol Negro, 2015), de Francisco Retamozo. Y no es solo una afinidad discursiva la que se nota en esta precisa cita que nos habla del crepúsculo y la soledad, sino además algo más medular que lo emparenta con lo que recorre en estos poemas tramontanos. Es ese afán de revelación integral del ser humano, principalmente los destellos excelsos de su corazón.

Si bien “tramonto” es el ocaso, la puesta del sol, la melancolía, es en este libro principalmente la recuperación de lo vivido que se plasma en hermosos colores y siluetas que perfilan y pintan la mirada íntima del poeta, en una suerte de recogimiento implosivo. De ahí que se centra en los detalles, como en esas hojas del estío: “las hojas secas del geranio/ Asoman/ algunas letras confusas/ de las hojas descoloridas”.

Esa conexión con la naturaleza denota una identificación a lo que es el amor, el amor como una cosa natural, despojado de los artificios: “La lluvia gotea sobre el cuerpo/ hecho de trapos/ colgado de un perchero”. Así, una mirada simple, sencilla, cercana, para declarar el inicio de su aventura amorosa y sus escarceos.

Los amantes entran al ocaso liberando sus cuerpos, abriéndose a la naturaleza, como debe ser: “El cielo añil acerca/ al fin de la carne violeta/ Palpitamos”. Las sensaciones, la explosión de los sentidos, ostentan la verdad de lo real; pero aquello que se quiere revelar se manifiesta en los detalles también: “Anhela permanecer: desnudo de color naranja/ quiero estar/ hasta no sé/ qué hora”. El cromatismo en sus cuerpos y en su entorno borra las diferencias, las fronteras, cuando el deseo se hace más palpable: “El departamento decorado en rojo/ queda una parte celeste”.

Desatada la pasión, los cuerpos se encuentran enlazados en el ocaso, es la conjunción visual del sol y la tierra, es la comunión liberada de los cuerpos en el goce que nace y muere. Hay unión y hay despedida a la vez: “Al final recojo el color violáceo/ él se pierde entre las calles/ mañana tal vez regrese”.

Después viene la espera, y la espera no es natural, de ahí la metáfora del árbol que deja de serlo para convertirse en esa silla solitaria, llena de ausencia. Y es aquí que la poesía aparece: “¿Qué será la poesía?/ Serán los tiempos perdidos/ en arrugadas manos/ religión contra religión”. Es decir, fe en la ausencia, celebración de esa ausencia, contra la fe en el éxtasis de la plenitud del amor. Hay una fe, claro, aun cuando solo quede la palabra. La escritura se hace fe. Eso es lo que se declara.

Son cincos secciones que componen el libro. En la primera parte estamos en la naturaleza liberada y en la espera anunciada; en la segunda, la rememoración de la pasión y su eros. En la tercera, la memoria familiar, el philia. El cuarto, la esperanza: “levántate/ pisa esta tierra asfaltada/ vuelve andar las callecitas/ bajo las nubes negras que aspiramos”. Aquí estamos en el otro lado de la orilla de ese mar que embriaga a los amantes en sus juegos amorosos, la cotidianeidad del amor, y sus rituales.

La quinta sección es el epílogo de esta travesía que ha transitado en las orillas: “Ahora siento las palabras/ Son libres/ a veces cuestan decirlas/ Pronto deseadas/ La palabra”. Las palabras mismas se liberan de su vacío, cobran presencia, le han crecido alas: “Ha crecido el tronco del árbol/ La oruga empezó a moverse”.

En Tramonto nos hallamos, para concluir, en el recorrido poético de la incertidumbre por recobrar lo pasado, de la inasibilidad del amor, a la identificación plena con la naturaleza como liberación. Solo hay que aceptar cuando llegue, y cuando se vaya, solo hay que dejarse llevar por el amor, y con la poesía, finalmente, saber detenerla: “Tramonto/ más allá/ de los montes/ además/ cada tarde/ trazo una línea”, nos dice el poeta al final, una imagen que se perennizó en los años que ha ido esperando para que salga a la luz finalmente.


POÉTICA

Será agua dulce
          salada
               campos verdes
                    secos
Piedra sobre piedra
          Aves
Un árbol de otoño
Los girasoles de Van Gogh
Una mujer de Humareda
El poema será
     una silla
     cajón vacío
     guitarra muda
                                        Amor odio
Un niño jugando a ser feliz
     como Betty Blue
          una niña desgreñada
               Violentados
¿Qué será la poesía?
Serán los tiempos perdidos
     en arrugadas manos
                                         religión contra religión
Serán dos varones
como dos hembras
              amándose


Cinco poemas de Nuno Júdice

SINFONÍA PARA UNA NOCHE Y ALGUNOS PERROS De noche, un perro empieza a ladrar, y después de él, todos los perros de la noche se ponen a ladra...